Anoche fue baleada la casa en calle Nicolás Mascardi al 1000 de Caleta Olivia, en la provincia de Santa Cruz, y el vehículo Volkswagen Amarok del intendente Pablo Carrizo.
El atentado fue producido con un arma 9 milímetros y se encuentra bajo la investigación de la DDI local.
Los disparos alertaron al barrio y los vecinos salieron a corroborar lo que había sucedido, tras lo cual tomó participación la policía provincial y los efectivos tienen detenido a un sujeto mayor de edad que se sospecha habría realizado los disparos desde una moto, de acuerdo a los primeros indicios. Sin embargo, hasta el momento no han trascendido identificaciones ni detalles de cómo sucedió el atentado.
¿Debemos esperar un muerto?
Se sospecha que el hecho tiene una fuerte vinculación política o sindical. Ya se habían dado cuatro atentados anteriores realizados contra instalaciones del Sindicato de Petroleros Privados de la ciudad del norte provincial y en todos los casos no han trascendido resultados de las investigaciones.
Ahora balearon la propiedad del intendente Carrizo y tampoco se conocen demasiados detalles. Ni el jefe comunal ni autoridad policial y/o judicial han salido a explicar claramente la trastienda de este grave hecho.

El gobierno provincial emitió un comunicado de oportunidad, pero en el mundo del periodismo provincial se sabe que hay una fuerte vinculación de todos estos atentados con situaciones inherentes a la política y al sector petrolero.
Nos preguntamos si, como en tantas otras oportunidades, debemos esperar que maten a alguien para que algún funcionario cuya obligación es comunicar de verdad, salga a decir lo que realmente ocurre en zona norte.
Fuente: www.opisantacruz.com.ar